Atención y Concentración
Es esencial durante la instrucción física y la práctica que los entrenadores comuniquen a sus deportistas cuál es el tipo de concentración apropiado. De este modo, cuando el entrenador le dice al deportista que se concentre, el deportista sabrá, al menos el que el entrenador espera que haga. Este conocimiento combinado con el entrenamiento en control atencional le conducirá a una mejor concentración.
Hablar de ESTÍMULO es hablar de todo lo que produce un efecto en el hombre. Y la PERCEPCIÓN como el análisis sensorial de la realidad, la toma de contactos con los objetos, situaciones, sucesos … a través de los sentidos. Y la ATENCIÓN es la percepción estimular selectiva y dirigida. ¿Qué diferencia hay entre CONCENTRACIÓN y ATENCIÓN? Mientras la atención es el proceso por el que se perciben diversos estímulos, la concentración está focalizada en un solo punto en particular. Un jugador de baloncesto a la hora de un tiro libre sólo debe tener «centrada su atención», es decir, debe estar concentrado en el aro y el movimiento a realizar, mientras que un atleta de media distancia ha estar atento a las estrategias ajenas y propias de la carrera. Incluso en una misma práctica deportiva, el golf, se fluctúa de la concentración a la hora de dar el golpe a la atención entre golpe y golpe.
Atención y concentración. Ambos procesos son fundamentales. Lo importante es saber cuándo hay que utilizar cuál de ellos para que el resultado sea el óptimo.
Los niveles de atención y concentración fluctúan en función de la situación, provocando cambios fisiológicos y atencionales ya su vez en unas consecuencias negativas. En el caso de no poner en marcha, por parte del psicólogo deportivo, estrategia para controlar la situación darán mayores alteraciones atencionales y fisiológicas.
Las variables que alteran la atención y la concentración es la duración de la actividad deportiva (fatiga física y mental) y distractores (aburrimiento, ira o frustración, por precipitación, pensamientos disociativos -pensar en otra cosa-, pensamientos excesivamente analíticos y pensamientos débiles – falta de autoconfianza).